Qué podemos hacer para ayudar a desarrollar la autoestima de nuestros hijos/as

Te damos una pequeña guía para hacer crecer la autoestima de tus hijos/as

Autora Maribel García. Psicopedagoga en Alinur

Es evidente que como padres deseamos proteger a nuestros hijos de aquellos problemas o situaciones desagradables que deberán afrontar a lo largo de su vida. Los infantes deben crecer y desarrollarse en diferentes ambientes en los que los padres no forman parte. 

No obstante, tenemos un recurso fundamental para ayudar a los más pequeños a que se sientan seguros consigo mismos y puedan tomar sus propias decisiones. Estamos hablando de la autoestima. 

En primer lugar desarrollaremos una serie de aclaraciones previas sobre este concepto.

Los primeros años de vida de las personas constituyen una etapa fundamental en el desarrollo de los aspectos esenciales de la personalidad, que serán manifestados en los procesos de socialización posteriores. Por su parte, la familia y el grupo social son contextos influyentes en el desarrollo de habilidades sociales, la autoestima y el autoconcepto social de los individuos (Adarve et al., 2019), permitiendo el logro de altos niveles de autoestima, estrechamente relacionados con la calidad de sus relaciones interpersonales.

Un elemento básico para comprender el modo en el que los seres humanos se comportan e interactúan, y como interpretan la realidad es el conjunto de creencias y percepciones que tienen sobre sí mismas.  Este conocimiento, que engloba diferentes aspectos de la personalidad, como la apariencia física,  rasgos, las habilidades adquiridas, las expectativas generadas o el modo de comportarse en diferentes situaciones, componen el autoconcepto, que está condicionado por las experiencias sociales, físicas y espirituales (Espejo et al., 2018). Ligado a la evaluación y el contenido de este concepto, se encuentra la autoestima, que es una característica psicológica con importantes implicaciones sobre la autorregulación, el estado emocional y el ajuste psicológico del individuo. 

Es en contextos familiares y escolares, donde las personas desarrollan conceptos sobre sí mismas a lo largo de su infancia, que progresivamente se van haciendo más realistas, gracias a los vínculos establecidos con el exterior y la independencia gradual que van adquiriendo de sus padres. 

Concretamente, las primeras relaciones interpersonales que establecen se producen en el entorno familiar, concretamente con la madre, y esas primeras experiencias influirán en los modelos de conducta que se adquieren y en el tipo de ajuste que se logre. Es por ello que, el afecto proporcionado por nosotros como padres es determinante en la adquisición de la autoestima y la seguridad para tomar decisiones en su vida diaria, pues nos encargamos del cuidado del niño desde su nacimiento y decidimos los diferentes contextos sociales en los que se va a integrar nuestro hijo o hija.

Posteriormente, durante la etapa de la adolescencia, la autoestima se ve influenciada por varios factores, tales como el rendimiento académico o la apariencia física, y se antepone la opinión de los pares frente a la del resto. Por tanto, es importante tener en cuenta que la autoestima positiva se encuentra estrechamente vinculada con el sentirse querido, acompañado y valioso tanto para otros como para sí mismo (Orrego et al., 2017).

Por consiguiente, nosotros como padres de manera conjunta con la escuela, debemos favorecer el desarrollo global de la personalidad del niño, consiguiendo que nuestros hijos tengan confianza sobre sí mismos, ya que esta será la clave de su seguridad y autonomía. Para su logro se llevará a cabo un acompañamiento emocional, basado en una profunda mirada respetuosa hacia los más pequeños, donde lo más importante es su estima y aceptación.

A continuación se exponen una serie de consejos dirigidos hacia los padres y madres para desarrollar una autoestima sana y positiva de sus hijos e hijas:

  1. Evitar actitudes sobreprotectoras o demasiado permisivas, con la finalidad de que sea consciente de que existen experiencias donde el fracaso es posible, a través de vivencias que le proporcionen la oportunidad de poner a prueba sus capacidades e identificar las limitaciones. Con esta información, el infante se encuentra mejor posicionado para planear, tomar decisiones y aprender de los conocimientos adquiridos.
  2. Promover actuaciones autónomas en situaciones en las que el niño pueda mostrar autonomía e individualidad a través de las competencias adquiridas en las tareas de cuidado personal, y desafíos establecidos en el hogar, ofreciéndole ayuda solo cuando se considere necesario. A su vez, animarle a comportarse de manera asertiva y a favor hacia la resolución de conflictos.
  3. Promover actividades de exploración y observación del propio cuerpo, para que sea consciente de sus puntos fuertes y débiles.
  4. Favorecer el sentimiento de pertenencia a un grupo en la escuela, familia y comunidad, dándole la oportunidad de que pueda contribuir en cada uno de ellos.
  5. Valorar el esfuerzo realizado, en lugar de solamente el resultado. De esta manera, a lo largo del proceso, se permite al niño que cometa errores y los solvente de manera autónoma, sin limitar sus posibilidades de aprendizaje. 

Por último, finalizaré el presente artículo con el consejo más sencillo y desde mi punto de vista, importante: demostrar el amor incondicional que tenemos hacia nuestros hijos e hijas, ya que si les hacemos entender que nuestro afecto no es incondicional, los más pequeños basarán su autoestima en la aprobación de los demás y promoveremos que tenga una personalidad retraída. No obstante, no debemos tolerar los comportamientos inadecuados, pero sí mostrar nuestra comprensión y nuestro afecto pese a sus errores y limitaciones.


Referencias

Adarve, M., Zurita, F., Gómez, V., Padial, R., y Lara, A. (2019). Influencia de la práctica de actividad física en el autoconcepto de adolescentes. Retos, 36(36), 342-347.

Espejo, T., Zurita, F., Chacón, R., Castro, M., Martínez-Martínez, A., y Pérez-Cortés, A. (2018). Actividad física y autoconcepto: dos factores de estudio en adolescentes de zona rural. Revista Iberoamericana de Psicología del Ejercicio y el Deporte, 13(2), 203-210.

Orrego, T., Milicic, N., y García, M. (2017). La Autoestima en Alumnos de 3º a 8º Básico. Una Mirada por Nivel de Escolaridad y Género. Revista Iberoamericana de Evaluación Educativa, 10(2), 111-125.